1. Corta unas rosas de tu jardín y pon los pétalos en un recipiente lleno de agua.
2. Coge un trozo pequeñísimo de jabón y añádelo a los pétalos.
3. Deja reposar la mezcla una semana sin cubrirla y alejada de fuentes de calor. Después, retira los pétalos, echa el agua en una botella y ciérrala bien. Ya tienes un tónico que no será agresivo para tu piel ni para tus ojos.
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